jueves, 1 de septiembre de 2011

Aniceto... y van

La vida me provoca, y eso termina en que yo no pueda ver 200 peliculas, pero nada esta dicho, debido a mi falta de memoria no tengo lista de todo el cine que vi hasta el dia de hoy, sin embargo, seguire haciendo el intento de mirarlas, comentarlas y bloguearlas, evidentemente es tarea de uno solo, cuasi introspectiva, ya que nadie lee este blog y tampoco pretendo que nadie lo haga ( o si, pero no quiero sentirme mal), por eso hare mi mayor esfuerzo, ya que cuando sea mayor y el mundo hable de tal o cual pelicula yo pueda decir, LA-TE! y desempolve un blog occidado y muestre con una extraña gratitud (eso que trae la edad) las cosas que he visto en la vida.
Luego de una prosa extraña y que da asco prosigo a comentar alguna que otra pelicula que he visto en este ultimo mes y que la recuerdo, quizas porque algo toco en mi memoria malisima y fuera de estado.







ANICETO
2007
Dirección: Lenoardo Favio


Aniceto tiene eso de Favio, esa vanguardia que me hace preguntar si es un director de culto para muchos o simplemente lo amamos unos pocos, si sus peliculas funcionan gracias a la masa que ve una y otra vez su cine o verdaderamente la gente iba a ver al cine al Aniceto matarse por un gallo, o por una puta. Si la segunda premisa es la real me hubiera gustado vivir la epoca donde se veia este cine sin hacer escandalo por ver "cine arte".
Aniceto en una, como decirlo, reversion de "Este es el romance del Aniceto y la Francisca..." tiene como actor principal a un gran Hernan Piquin y a una Francisca (Natalia Pelayo) tan dulce como la primera.
Esta peli para mi (y hablo como se me canta de ahora en mas porque son mis 200 peliculas) no supera a lo anterior, obviamente, pero la danza, la banda sonora, las escenas hechas ballet, video danza y esa energia que genera el baile y la musica y como obviamente Favio sabe darle timming, tension y movimiento hacen que el film sea una gran obra maestra de uno de los ultimos genios del cine argentino.
Si bien no me entretuvo tanto como yo creia que me iba a suceder, me dejo un sabor a satisfaccion, un orgullo casi patriotico por saber que yo vivo en el mismo lugar que ese gran hombre que es Leonardo, un orgullo donde yo (en papel de pseudocineasta) digo: "se puede", se puede hacer buen cine sin caer en el cliché.

En fin, esa noche la vi con mi padre, recordamos los viejos tiempos de Juan Moreira y me fui a descansar con la panza llena y el corazon contento.